CXL

Si alguna vez te hice daño,

Perdóname;

Si alguna vez te herí,

No tengo cómo

resarcirte.

Sólo puedo hoy,

Bajar mi cabeza y pedir tu perdón.

Ya mucho, te he quitado,

E importunado hoy,

Viniendo hasta acá,

A remover el pasado,

Y sonsacar viejos dolores.

Y sé que es demasiado,

De mí parte,

Pedir,

Que me perdones.

No sé si servirá,

que lo oigas ya,

pero me equivoqué,

el orgullo no me dejó ceder,

y un momento lo convertí,

en un dolor de por vida.

Si alguna vez te hice daño,

Perdóname,

Si alguna vez te herí,

Sólo puedo ofrecerte:

Mis disculpas.

CXXXIX

Hija, hola, besos;

Confío recibirás esta carta,

Escrita con mis viejas manos,

Disculpa la letra, he perdido la práctica.

Deseo que compartamos,

A través del papel,

Hoy lo toco yo,

Y escribo cada letra primo

Para que las recibas como caricias

 Sos la hija que tanto quisimos

conocer,

Sos la esperanza

Que tanto quisimos recibir.

Limpio las lágrimas en este papel,

Que sean de alegría,

Y cuando te reciban,

Que sean de emoción.

Derramo las lágrimas sobre estas palabras,

Cuando, por fin te vean,

Se conviertan en besos,

en todos esos, que te quise dar.

Siempre lo quise todo;

Y todo era una familia,

En una casa llena de risas y enredos,

Como las casas que crecí amando.

Hoy tengo la casa más grande,

Y he preparado todo, pero aún no llegas,

Que vacía me parece,

Aún la habitación más pequeña.

Acá te adjunto

Unas fotografías

Sí, somos nosotros

Tu familia.

Nos morimos por conocerte,

Hoy, mañana, ya,

Algún día,

O cualquier día que te quede mejor

Esa es mamá,

Ella es mi consentida,

Siempre imaginé,

Que la chinearía embarazada.

Cada mes le beso el vientre,

Esperando un milagro,

Nunca falló,

Pero tampoco fallan sus defensas,

Aún sigo esperando,

Poder sentirte dentro suyo;

Estoy listo para que empieces a patear,

Cualquiera de estos días.

Estoy listo para que llegues,

Sin anunciar,

Y enamorarme,

Una vez más.

Estoy listo para ser papá,

Y verte crecer,

Igual a tu madre

Morenita y de pelo lacio.

Imagino que serás, tan bella como ella

con sus ojos oscuros,

como esta noche,

(que me inspira a escribirte).

Ahí encontrarás también,

Otras fotos,

Son del resto de la familia,

Para que veas la comitiva que te tenemos.

Y no sabes lo que me ha costado,

Preparar todo esto,

Con tecnología de antaño,

Para garantizar que perdure,

Hasta llegar a tus manos.

Esos son tus tíos y tus abuelos

Estoy seguro que se mueren

De ganas por conocerte,

Igual que nosotros.

Cada día somos menos,

Y nuestros apellidos,

Que alguna vez parecían marcas indelebles,

Hoy se borran con el paso del tiempo.

Antes fuimos una tribu,

Y hasta una nación

Pero ya hoy regresamos al principio,

Tan sólo somos unos cuántos.

Estamos viejos y aburridos,

Hacen falta unas lágrimas de niño,

Para despertar esta casa.

Estamos viejos y aburridos,

Hacen falta unas risas de niño,

Para animar esta casa.

Le he pedido a tu madre,

Que usara labial,

por una vez en su vida;

Y besará el reverso de esta página.

Y yo por mi parte,

la he rociado con mi colonia,

Espero ,

Que te huela mi fragancia.

Perdóname hija

Por todas esas noches que no te arrope,

Y por esos días que no te calenté.

De verdad, que quise hacerlo

Y estar ahí, a todo momento

Con el chocolate caliente,

Y un abrazo listo.

(Que mamá no sepa,

Que yo te consiento tanto).

Perdón

Por no irte a recoger,

A tu primer salida.

Perdón,

Por tampoco estar ahí

Cuando tus amigos llegaban.

Hay tantos momentos,

Que me he imaginado,

Los he deseado,

s

Y ahora vivo,

Mirando dentro de mi cabeza,

Tal vez, encuentre por ahí

Recuerdos de tu futuro.

Tal vez, encuentre por ahí,

Una razón,

Por la que aún,

No te he podido conocer.

Dónde quiera que encuentres esta carta,

Tan sólo recuerda,

Que papá te ama.

CXXXVIII

El día que me vaya,

Solo espero Dios,

Me abra sus brazos,

Y le pueda contemplar.

 

El día que ya no esté,

Espero me recuerdes,

Cómo el que nunca quiso,

Ser nadie más, que sí mismo.

 

El día que te haga falta,

Confío,

Que verás hacia atrás,

A todo mi amor.

 

El día que no esté,

Para defenderme,

Ójala, algún amigo,

Diga: “él no hizo daño”.

 

El día que me vaya,

Solo espero Dios,

Me perdone,

Y mi alma descanse.

CXXXVII

Cada noche,

Voy a dormir,

Pensando,

Que por fin, despertaré.

 

Cada noche,

Voy a la cama,

Esperando,

Que mañana, sea distinto.

 

Y si esto,

Fuera la escuela,

Ya habría reprobado;

Cada día, recuerdo menos palabras.

 

Y las sílabas, se descomponen.

Las letras, no quieren,

Permanecer juntas;

Mi mente las borra..

 

Cada día,

Que pasa,

Un espacio,

Se une.

 

Y el silencio,

Solo crece;

Ya no sé,

Ni qué pensar.

 

Y el olvido,

Me invade;

Ya no sé,

Ni quién soy.

 

Se desintegran,

Mis pensamientos;

Se eliminan,

Mis recuerdos.

 

No mantengo,

La confianza;

No contengo,

La esperanza.

 

Se desintegran,

Mis pensamientos;

Se borran,

Las palabr…

CXXXVI

Te lo digo,

Claro,

Las veces que querrás,

Tantas como desees.

 

El caos,

Es orden;

Y la anarquía,

No es desorden.

 

La costumbre,

Es monotonía,

Desorden,

Y desidia.

 

Los días pasan,

Nada cambia;

Las noches vuelan,

¿Por qué no se quedan?

 

Somos dueños,

De nuestros sueños;
Prisioneros eternos,

De nuestros desvelos.

 

Te lo digo,

Claro,

Las veces que querrás,

Tantas como desees.

 

Los días,

Los tengo vendidos,

Al por mayor,

Sin uno solo que sobre.

 

Trato de cerrar,

Los ojos de día;

Trato de estar,

Despierto de noche.

 

Tal vez,

Algún día,

Logre sentir,

Alegría por el día.

 

Tal vez,

Alguna noche,

Quiera dormir,

Para despertar.

CXXXV

Si el tiempo,

Pasará más lento,

¿Estás seguro que

No perderías nada?

 

Si el tiempo,

No pasará del todo,

¿Estás seguro

Que lo harías todo?

 

Si el tiempo,

No fuera una constante;

Y más bien,

Fuese una dimensión.

 

¿Hacia dónde viajarías?

¿O si acaso te moverías?

¿Dejarías las partículas

Estáticas?

 

Para revelar,

La bidimensión,

El holograma,

Detrás de todo.

 

Y reír como tonto,

Al ver que somos,

Hilos uniéndonse,

A través de la galaxia.

CXXXIV

A veces rezo,

Pongo mis manos juntas,

Y las aprieto con fe,

Mientras pido a Dios.

 

Con desesperación,

Que oiga mis súplicas,

Y me permita,

Cambiar mi realidad.

 

A veces escribo,

Pongo mis manos juntas,

Y tecleo con afán,

Mientras vierto mi alma.

 

Con premura,

Que mis palabras sean expresadas,

Y al pronunciarlas,

Encuentre la serenidad.

 

A veces pienso,

Pongo mis manos juntas,

Bajo mi barbilla,

Mientras medito.

 

Con calma,

Pienso en cómo,

Debe ser el hombre,

En quién debo convertirme.

CXXXIII

¿Cuáles son tus creencias?
O es acaso,

Todo muy relativo,

Cambiando al minuto.

 

¿Cuál es tu posición?

O tal vez,

No sabes,

Adónde estás.

 

¿De dónde?

Vengo,

No es esa,

La pregunta de todos.

 

¿Adónde voy?

Yo espero,

Que a un lugar mejor,

Sin incertidumbre.

 

¿Aún te desvelas?

Trazando las estrellas,

Buscando una ruta,

Detrás de ellas.

 

¿O ya no piensas?

Y aceptas ser,

Producto del menor,

Margen de probabilidad.

CXXXII

Tengo una sensación,

En el pecho,

Un palpitar,

Algo quiere reventar.

 

Siento una conmoción,

En mi ser,

Una revelación,

Me quiere dominar.

 

Pero algo cambio,

Esta vez,

No me siento,

Pequeño.

 

Y sé, que acá;

Estuvieron tantos,

Otros como nosotros,

Con sus enredos.

 

Pero no,

Tuvieron miedo,

De mirar al cielo,

Para alcanzarlo.

 

Siento una emoción,

En mi cuerpo,

Una energía,

No me dejará descansar.

 

Vamos a trazar,

La mayor meta,

No nos vamos,

A intimidar.

 

Vamos a llegar,

Hasta la cima,

Y no vamos,

A fallar.

 

Tantos otros,

Antes,

Lo lograron,

¿qué te lo impide?

CXXXI

No estamos acá,

Para perder el tiempo,

Ni sentirnos mal,

De nosotros mismos.

 

Somos descendientes,

De valientes, aventureros, trabajadores;

No somos de la realeza,

Pero sí sabemos trabajar.

 

Somos los hijos,

De los que cruzaron,

Océanos y conquistaron,

El miedo a la nada.

 

Somos de la sangre,

De los que construyeron,

Los imperios y reinos,

Una y otra vez.

 

Solo para venir,

Acá, sin riquezas,

Ni comodidades;

Y empezar de nuevo.

 

Hoy miro al cielo,

Y agradezco su coraje;

Hoy miro a la tierra,

Y disfruto de su trabajo.

 

No estamos acá,

Por casualidad;

No estamos acá,

Para perder el tiempo.

 

Debemos construir,

Sobre lo que nos dejaron:

Debemos trabajar,

Es nuestra herencia divina.

 

No somos realeza,

Pero sí sabemos trabajar;

No somos aristócratas;

Pero vivimos con honor.